En menos de un mes viviremos el nacimiento de Nuestro Salvador. Iremos a ver, tocar y besar la Gruta de la Natividad. En la oración de este mes os pedimos que os unáis a nosotros en esta intención y deseo: ¡dar ‘calor’ al Señor! Es Jesús mismo el que ha revelado a algún místico: “¡Tengo frío!” Esta afirmación suya nos lleva a contemplar y unir la inocencia y la necesidad del Niño de Belén con el drama de Jesús en Getsemaní. El ‘frío’ del que habla Jesús no se refiere solo a un frío de carácter físico sino que alude en especial a la lejanía y al desamor hacia, Él por parte de la humanidad. Él necesita nuestro afecto, tiene ‘hambre y sed’ de nosotros y de nuestra cercanía. El Señor es concreto, nos habla personalmente incluso hoy: “Te necesito… Tengo frío… ¡caliéntame con tu amor y tu presencia!” Todos nosotros somos bien conscientes de cómo el mundo (¡el hombre!) de nuestro tiempo necesita retornar a Dios con humildad y reconocer que sin Dios no alcanza a ver ningún atisbo de Luz… Demos el “calor de nuestro corazón” al Señor, que es “abandonado en soledad”… Escuchemos sus invitaciones; Jesús tiene necesidad de nuestra participación en su designio de Redención y nosotros tenemos necesidad de Él para ser redimidos.
SANTA NAVIDAD!
Hora Sancta
Somos los hijos de Francisco, custodiamos por voluntad de Dios uno de los lugares más queridos por Jesús: el jardín llamado Getsemaní